domingo, 5 de febrero de 2012


¿QUÉ ES LA INFECCIÓN POR EL VPH?
Los virus del papiloma humano comprenden un grupo de virus que se transmiten, casi exclusivamente por contacto sexual, y cuya infección es la causa de la producción del cáncer de cuello de útero, además de otros cánceres de vulva, vagina, ano y pene.
Existen más de 120 tipos distintos de estos virus que pueden infectar al ser humano, aunque sólo 15 de ellos se consideran de alto riesgo para el desarrollo de cáncer de cuello de útero, siendo los llamados tipo 16 y 18 los causantes de más del 70% de los cánceres.
Otros tipos (tipos 6 y 11) son los causantes de los denominados condilomas acuminados (verrugas genitales), y de la aparición de verrugas en la parte alta de las vías respiratorias (papilomatosis respiratoria recurrente), debido a la infección de las vías respiratorias en el recién nacido de una madre infectada, durante el parto.
En el mundo, entre el 10 y 15% de las mujeres de 30 a 35 años están infectadas, si bien existen grandes diferencias entre países, asociadas a las distintas pautas de relaciones sexuales (más riesgo cuando es más alta la promiscuidad sexual y la edad de inicio de las relaciones sexuales).
En España alrededor del 3% de las mujeres de 30-35 años está infectada.


¿Cómo se puede evitar el contagio?
En el momento actual, se dispone en el mundo de dos vacunas que previenen la infección por los virus del papiloma, asociados con mayor frecuencia a la producción de cáncer de cuello uterino, vagina, vulva, ano y pene, lo que permitirá prevenir más del 70% de estos cánceres.
La vacuna es eficaz para prevenir la infección, y por tanto, su aplicación debe de realizarse antes del primer contacto sexual, antes de que se tengan relaciones sexuales. Una vez infectada la persona, la vacunación no tiene ninguna eficacia.
Por ello, la edad de vacunación sistemática idónea es en la preadolescencia (entre los 9 y 14 años).

En Galicia, se incluye en el último calendario vacunal:


Otra de las preguntas que suelen realizar las madres y las adolescentes en las consultas médicas es

¿QUÉ VACUNA ES MEJOR: GARDASIL O CERVARIX?

Mucho se ha hablado sobre el virus del papiloma humano (VPH) y sobre las dos vacunas que actualmente se comercializan en el mercado: Gardasil y Cervarix.
Son muchas las adolescentes y madres que acuden a consultas médicas para decidir sobre qué vacuna poner, sus efectos secundarios, si es beneficioso vacunarse...

Es importante tener claro que ambas vacunas previenen el cáncer del cuello de la matriz.

Del virus del VPH existen más de 100 serotipos diferentes.
Los serotipos son una forma de subclasificación del virus.
Es importante saber qué serotipo de VPH se tiene, ya que esto determinará si existe riesgo alto o no de provocar una determinada enfermedad.
Se sabe que los serotipos 16 y 18 son los más frecuentes y son los que provocan casi un 60% de las lesiones que potencialmente pueden llevar a un cáncer de cuello de útero.
Los serotipos 31, 33, 45, 52 y 58 sólo aparecen entre un 1% y un 4% de los casos.

El VPH, según el serotipo, podemos clasificarlo en dos grandes grupos:

Bajo poder oncogénico: 6, 11, 40, 42, 43, 44, 54, 61, 72, 73, 81.

Alto poder oncogénico: 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59, 68, 82.

Cervarix:
Esta vacuna la comercializa el laboratorio GlaxoSmithKline (GSK).
Está formada por proteínas del virus del tipo 16 y 18 (vacuna bivalente).
Se trata de una vacuna indicada para la prevención del cáncer cervical y las lesiones premalignas relacionadas con la infección del virus.
Se recomeinda administrar 3 dosis a los 0, 1 y 6 meses desde la fecha de la primera dosis. Por ahora no se recomienda administrar dosis de recuerdo.

Gardasil:
Comercializada por Merck Sharp & Dohme B.V.
Está formada por proteínas de virus del tipo 6, 11, 16 y 18 (vacuna tetravalente).
Es una vacuna para la prevención de las lesiones genitales que potencialmente pueden producir cáncer, del cáncer cervical y las verrugas genitales externas (estas últimas provocadas por los virus tipo 6 y 11).
Se recomienda 3 dosis de la vacuna a los 0, 2 y 6 meses, siempre a partir de la primera dosis.

Dado que se trata de proteínas y no hay material genético, no es posible que se produzca la infección a partir de ninguna de las dos vacunas.

Una vez iniciada la vacunación se recomienda administrar las 3 dosis.

Tras la administración de la vacuna, a pesar de estar protegida frente a la infección del virus, es necesario continuar con las exploraciones ginecológicas habituales.

Ambas vacunas no tienen propiedades curativas, solo son preventivas.

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